Centro de Estudios y Programas Interamericanos ITAM
 

¿Qué es el G8?


Al mencionar al Grupo de los Ocho se hace referencia no sólo al Grupo de las naciones más industrializadas que tienen poder en cuanto al sistema económico internacional, sino también a su peculiaridad como Institución y a las críticas que le han rodeado desde el momento de su creación.

El G7 nació como consecuencia de una ruptura en la economía internacional, hacia la década de los setenta, siendo reflejo de la necesidad de cooperación y coordinación de las potencias económicamente dominantes del sistema internacional.

En un primer momento, los ministros de finanzas de Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania y Japón comenzaron a reunirse a iniciativa del entonces secretario del tesoro estadounidense George Shultz. Estas reuniones comenzaron en marzo de 1973 y tomaron lugar en la biblioteca de la casa blanca, de ahí que el grupo fuera llamado “The Library Group”. Posteriormente, durante la cumbre anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que tuvo lugar en Nairobi, el grupo de los cinco (G5) fue instaurado formalmente.

La cumbre de Rambouillet, Francia, llevada a cabo del 15 al 17 de noviembre de 1975, marcó la entrada de Italia al grupo y, posteriormente, durante la cumbre de San Juan, Puerto Rico, en 1976, Canadá se unió, formando el Grupo de los Siete (G7).

Hay que destacar que la entrada del miembro más reciente –Rusia- se hizo de manera paulatina. Ésta comenzó en la cumbre de Nápoles de 1994 y, a partir de entonces este país fue invitado a cada cumbre que se llevo a cabo. Finalmente, Rusia se integró de manera formal al Grupo de los ocho (G8) en la cumbre de Birmingham en 1998.

La evolución del G8 como institución ha dado lugar a que ésta sea una institución menos formal que una Organización Internacional, ya que el G8 no tiene las características de estas organizaciones. El G8 carece de una estructura formal institucional, ya que “no está basado en un tratado internacional, no tiene una estructura autónoma respecto a los individuos que participan, no tiene un secretariado y toda su actividad parece ser informal.” (de Guttry, 1994, p. 67).

Según John Kirton (1999), el G8 goza de otras peculiaridades que han estado con ella desde el origen, siendo éstas: su composición, su rareza y su independencia burocrática. El primer elemento se refiere a que el Grupo de los Ocho se ha ido conformando por las naciones más poderosas, económicamente hablando, y que, por lo tanto, tienen los recursos suficientes como para ejercer liderazgo en cuanto a la estabilidad del sistema económico. Aunque ha sido, en parte, exitosa la cooperación y el liderazgo de estas naciones en estabilizar el sistema económico, también ha sido causa de muchas críticas, precisamente porque se piensa en el G8 como un grupo totalmente exclusivo, argumentando que sólo se trata de una institución que tiene como defecto la falta de representatividad (Barry, 2000).

Por otro lado, la rareza institucional y la independencia burocrática del G8 se basa en la complicación de su desarrollo como foro de discusión, siendo reflejo de ello la mayor organización en cuanto a las cumbres o una mayor delimitación y perfeccionamiento del proceso en la toma de decisiones. El proceso de toma de decisiones, aunque en un principio se hacía a nivel de los jefes de Estado y Jefes de Gobierno, se ha percibido una mayor complejidad organizativa en cuanto a la discusión y toma de decisiones. Como lo dicen Garavoglia y Padoan (1994), se ha visto una continua descentralización del proceso de toma de decisiones, la expansión de los temas discutidos con la creación de un foro político y una relación cada vez mayor con Organizaciones Internacionales.

La complejidad institucional que ha sufrido el G8 es consecuencia de la expansión de su agenda, con el fin de un mayor consenso. A pesar que los temas tratados son, principalmente, políticos y económicos, la agenda del grupo se ha diversificado para incluir tópicos como desarrollo sustentable, medio ambiente, desarrollo, narcotráfico y terrorismo.

A pesar de las características que hacen al G8 una institución informal y polémica, ha sido un actor determinante en la coordinación y estabilidad del sistema económico internacional, siendo, se podría decir, el centro en cuanto a la governanza política y económica. Aunque hay que notar que, ante las críticas que ha recibido el Grupo, sobretodo por la Sociedad Civil, ha necesitado establecer medios efectivos para crear un consenso global sobre la legitimidad y efectividad en su toma de decisiones. Es por eso que el G8 consideraría necesario establecer una relación de coordinación, no sólo entre sus miembros, sino entre Organizaciones Internacionales y la misma Sociedad Civil para generar consenso global.

Referencias:

  • BARRY, Tom, “G8/G7 and Global Governance”, Foreign Policy in Focus, Vol. 5, no. 23, (July 2000).
  • GARAVOGLIA, Guido y Pier Carlo Padoan, “The G-7 Agenda: Old and New Issues”,
    The International Spectator, 29, no. 2 (April/June 1994), pp. 67- 49.
  • GUTTRY, Andrea de, “The Institutional Configuration of the G-7 in the New International Scenario”, The International Spectator, 29, no. 2 (April/June 1994),
    p. 67.
  • KIRTON, John J., “Explaining G8 Effectiveness”, en Michael Hodges, John J. Kirton y Joseph Daniels (eds.), The G8’s Role in the New Millennium, (Aldershot: Asgate Publishing, 1999), pp. 45- 68.